30 de abril de 2020

CAIGO, NO VUELO

Por Romina Brisindi

Caigo, no vuelo.
Y antes de golpear contra el agua sucia pienso fuerte, no me suelten, no me olvides. Buscame, pero no me vas a encontrar. No así
No en carne y hueso
No en piel y pelo
No en sangre
Es para que olviden.
Antes de caer no como
Creo que ya no duermo
Y digo creo porque no sé cuánto de todo esto es un sueño.
Te pienso entre el olor a carne quemada y mi boca sabor metálico.
Así te recuerdo, llegando de estudiar y vos ahí esperando que te cuente como estoy salvando el mundo.
Vos ahí, mezcla se olor a pan tostado y leche hervida, y un abrazo cálido en silencio.
Olor a plancha posada caliente en el algodón.
No me olvides para que no nos olviden.
Entre la carne y las uñas pedacitos de ladrillo, arena y cal. No, no logré escapar.
Pero ya no importa, sigo cayendo.
Tu pañuelo. Tu mirada parece perdida, lo que ellos no saben es que me espera, vidriosa y erguida.
No me olviden, no los olviden.
Tus manos ajadas de tanta lucha no conocen de tu insomnio, no conocen tu furia.
¡¡¡Acá estoy!!!
Golpeo contra el agua, pero no duele, ya estaba desplazado antes.
No fue en vano, seguimos adelante.