Por
Jésica Tordó
Para Sol
Empiezo
por decirte fuego. También quiero decirte agua y vida, nacimiento.
Aunque quizás diría
muerte o, por otro lado, cielo.
Te
digo salvaje, fugaz, animal y de otro universo. Te digo gatos de
todos los colores y con ojos encendidos
de bengalas. Te digo vicisitudes, pequeños problemas, caprichos.
Una
voz fuerte me grita desde adentro ¡decile, decile! Pero prefiero no
decirte mucho todavía.
No
eso.
Así
y todo te digo sol, magia, alegoría y hechizo y entonces recuerdo
–también te digo eso–
que
a veces prefiero la luna y todos esos planetas. Diría muchas cosas,
muchas palabras; pero
a
veces me gusta mentir y prefiero entonces no decir nada.