Hay
30000 pañuelos blancos y cada uno tiene un nombre, bordado, escrito,
letras sobre el fondo blanco. Un pañuelo dice Lucina Álvarez. Lo
doblo. Es papel, un diario donde Lucina periodista escribe. Lo abro,
es un plano, el plano de una escuela. La escuela de Educación
Estética n°1, donde Lucina enseña. Entra viento por la ventana y
el pañuelo se mueve, lo doblo apresuradamente. Entre las palmas de
mis manos crece y se hace libro. Un libro. Lucina lee libros y lee
con y para otrxs, lee con sus alumnxs, les presta, les recomienda,
les hace escuchar las palabras para que puedan entender, para que
puedan decir, para que puedan decirse. Cierro el libro fuerte y es
cuaderno donde lxs niñxs plantan las palabras, riegan las frases,
llueven poesías. Las palabras se construyen en ciudades, se crecen
en árboles, se soplan en nubes, y vuelan, entrelazan sus letras, en
estrofas, en recuerdos, en vibrantes y vivas palabras que cuentan
mundos, que inventan galaxias, que dicen sentimientos, que ríen, que
lloran y que gritan. Gritan las palabras.
Gritan:
Lucina arrebatada. Callan. Lucina silenciada, escondida. Lucina sin
aliento, el pañuelo cae, está en el suelo, se envuelve
dolorosamente sobre sí mismo. Es un pequeño trapo desgarrado sobre
la tierra obscura. No hay palabras. Sopla el viento y las puntas del
pañuelo parecen palpitar como las alas de una mariposa cuando nace.
Respira, y con un impulso irreverente se hace pájaro, vuela, ahora
libre Lucina amordazada, Lucina desaparecida, espera el momento
preciso, el instante oportuno para aparecer como un libro olvidado en
una calle, aparecer como cuaderno relatando su paso por la escuela,
surgir en la memoria de niñXs ya adultXs que recuerdan la alegría
de las palabras, las poesías que florecían sus días. Renace en
nombre de escuela, de “su” escuela y baila en los recreos, el
pañuelo del alma, el pájaro del corazón, el sonido que no se
silencia, viaja Lucina, vuela Lucina, Lucina es memoria viva. Lucina,
Lucina brilla.
(*)
Ex
profesora de escultura, dibujo y pintura de los talleres de adultxs
de la Escuela de Educación Estética N.º 1 de La Matanza. Ahora
realiza sus talleres en el Centro Cultural Maradona de Haedo.