28 de marzo de 2020

LUCINA



Por Luisa Soto (*)

Hay 30000 pañuelos blancos y cada uno tiene un nombre, bordado, escrito, letras sobre el fondo blanco. Un pañuelo dice Lucina Álvarez. Lo doblo. Es papel, un diario donde Lucina periodista escribe. Lo abro, es un plano, el plano de una escuela. La escuela de Educación Estética n°1, donde Lucina enseña. Entra viento por la ventana y el pañuelo se mueve, lo doblo apresuradamente. Entre las palmas de mis manos crece y se hace libro. Un libro. Lucina lee libros y lee con y para otrxs, lee con sus alumnxs, les presta, les recomienda, les hace escuchar las palabras para que puedan entender, para que puedan decir, para que puedan decirse. Cierro el libro fuerte y es cuaderno donde lxs niñxs plantan las palabras, riegan las frases, llueven poesías. Las palabras se construyen en ciudades, se crecen en árboles, se soplan en nubes, y vuelan, entrelazan sus letras, en estrofas, en recuerdos, en vibrantes y vivas palabras que cuentan mundos, que inventan galaxias, que dicen sentimientos, que ríen, que lloran y que gritan. Gritan las palabras.
Gritan: Lucina arrebatada. Callan. Lucina silenciada, escondida. Lucina sin aliento, el pañuelo cae, está en el suelo, se envuelve dolorosamente sobre sí mismo. Es un pequeño trapo desgarrado sobre la tierra obscura. No hay palabras. Sopla el viento y las puntas del pañuelo parecen palpitar como las alas de una mariposa cuando nace. Respira, y con un impulso irreverente se hace pájaro, vuela, ahora libre Lucina amordazada, Lucina desaparecida, espera el momento preciso, el instante oportuno para aparecer como un libro olvidado en una calle, aparecer como cuaderno relatando su paso por la escuela, surgir en la memoria de niñXs ya adultXs que recuerdan la alegría de las palabras, las poesías que florecían sus días. Renace en nombre de escuela, de “su” escuela y baila en los recreos, el pañuelo del alma, el pájaro del corazón, el sonido que no se silencia, viaja Lucina, vuela Lucina, Lucina es memoria viva. Lucina, Lucina brilla.

(*) Ex profesora de escultura, dibujo y pintura de los talleres de adultxs de la Escuela de Educación Estética N.º 1 de La Matanza. Ahora realiza sus talleres en el Centro Cultural Maradona de Haedo.